domingo, 30 de octubre de 2011

Algunas veces en la vida, siento que estoy en lo alto del edificio; en la terraza, y puedo sentir el sol reflejándose en mi pelo, el viento desordenándolo... pero de repente comienzo a bajar. A dejar caer mi cuerpo sobre escalones como si la fuerza de gravedad aumentara a niveles inimaginados; no, como si la gravedad se transformara en un gigante que camina con sus pies sobre los míos. Es así entonces, que la oscuridad cada vez se hace más densa, el aire comienza a faltar y el único recuerdo de esa terraza es mi pelo amarillo y enmarañado.

El problema es que cada escalera que bajo me hace olvidar un poco más que lo único que tengo que hacer para volver a experimentar el calor del sol, es subir en vez de bajar. La inercia reemplaza todo atisbo de pensamiento, incluso de memoria.

De repente me encuentro en el subsuelo, húmedo, oscuro, silencioso, y se convierte en el reflejo de mi interior, de mi estado de ánimo, de mi pelo enmarañado...

lunes, 17 de octubre de 2011

A veces, por una milésima de segundo, veo las paredes llenas de arañas. Por lo general me pasa cuando estoy concentrada leyendo o mirando alguna serie. Pierdo el foco por un momento y ahí están ellas; negras, chiquitas, medianas, nunca grandes. Inmóviles e inquietas. Durante esa finitud de tiempo eterno, puedo llegar a recorrerlas en detalle, ponerles nombre, darle una personalidad y hasta sentir lástima si me animara a acabar con la vida de alguna. De repente, como quien no quiere la cosa, ellas desaparecen; me dejan sola; mis visitantes imaginarios.

Cuando me vuelve la conciencia plena y me encuentro ahí, pétrea, con los ojos clavados en una pared vacía, me pregunto ¿qué perversa lógica maneja mi cabeza, que me hace materializar lo que más me aterra?

¿Será acaso, como dice Rilke, que somos nosotros en realidad quienes despertamos a nuestros monstruos, y no nos hemos enfrentado a ellos lo bastante como para vencerlos, porque en cierto modo estamos de acuerdo con ellos?

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" He pensado que algún día me llevarías a un lugar habitado por una araña del tamaño de un hombre y que pasaríamos toda la vida mirándola, aterrados. "

Fedor Dostoievski Los demonios

domingo, 2 de octubre de 2011

Nadie nunca te va a amar por lo que sos. Te va a amar por lo que tratás, aparentás o creés ser. Te va a amar por determinadas aristas de tu totalidad. Pero nunca, nunca, por el todo. Porque ese todo tiene mucha sordidez y, seamos sinceros, pretendemos ser la única persona con problemitas en una relación.